Buda y las cosas agradables (en el Udanavarga)

Por donde se mire, no hay nada más querido para el hombre que él mismo; entonces, como lo mismo es lo más querido por vos y por los otros, no lastimés a los otros con lo que te duele a vos mismo. Así como la ciudad fronteriza está protegida por trincheras, el que quiera ser feliz que se proteja.

Buda y las cosas agradables (en el Udanavarga)
Detalle de pintura china donde aparece Buda, del siglo 16, autor desconocido
Contexto Condensado

Siddharta Gautama vivió, se cree, en algún momento entre los siglos 6 y 4 antes de Cristo. Según la tradición budista, nació en una ciudad de lo que ahora es Nepal, casi en la frontera con la India. Después de su despertar espiritual, Gautama Buddha habría viajado por la zona norte de la India, la llanura que acompaña al río Ganges, eseñando su forma de renacimiento, desapego y liberación del sufrimiento en el Nirvana; sumando discípulos y seguidores en el camino, por supuesto.

No se han encontrado escritos realizados por él, y los textos budistas (físicos) más antiguos que conocemos datan del siglo 3 antes de Cristo. Se encontraron en la zona antigua de Ghandara, hoy Afganistán. Esos textos residen ahora en manos de los británicos (por supuesto), y están escritos en el idioma ghandari. Es un lenguaje muy cercano al pali y al sánscrito, lenguajes en los que también podemos encontrar los primeros textos budistas, transmitidos primero de forma oral. En pali se conocen como suttas, en sánscrito como sutras. Estos son conocidos también como los Discursos, una de las tres partes del canon de textos primitivos más completo que se tiene de Buda, el Canon Pali, que comparte la misma fecha estimada de origen (siglo 3 a.C.). Las otras dos partes son el Vinaya (códigos monásticos) y el Abhidharma (tratados escolásticos y resumen sistemático de las enseñanzas en los suttas).

Ahora, otra colección budista temprana son los Udana-varga. Udana, en sánscrito, significa algo tipo “expresiones inspiradas”; varga significa algo tipo “categorización”. El texto es una colección de versos aforísticos dividido en 33 capítulos, cada uno corresponde a una categoría. Aunque no es parte del Canon Pali, es igualmente atribuido a Buda y sus discípulos, y al mismo siglo de antigüedad.

El quinto capítulo se llama Priyavarga; priya quiere decir algo tipo “querido, favorito, favorable, amado, agradable”, va por ahí. No sé si hay una traducción al español del Udanavarga, no puedo encontrar ninguna, y apenas encuentro una al inglés, de 1883, donde el título del capítulo se traduce como Agreeable Things, algo tipo Cosas Agradables, o cosas placenteras.

En este capítulo podemos encontrar la famosa presencia de la Regla de Oro—regla que seguimos en esta mini-serie—en el budismo:

“Por donde se mire, no hay nada más querido para el hombre que él mismo; entonces, como lo mismo es lo más querido por vos y por los otros, no lastimés a los otros con lo que te duele a vos mismo.”

En el capítulo sobre la Golden Rule en el zoroastrismo, podemos leer a Juan Bautista Bergua decir que los preceptos de Zoroastro, que vivió y se movió en Persia, “cerca” de la India, tuvieron influencia en el budismo. El Udanavarga surgió probablemente de los Sarvastivada, una escuela budista formada cerca al siglo 3 antes de Cristo y muy exitosa en la región de Cachemira, al norte de la India, al sur de los Himalayas, tocando fronteras con la China y Pakistán.

Pero dejo la geografía para volver a las sentencias budistas, donde podemos encontrar de nuevo la idea de la reencarnación y los premios en las otras vidas, y, por tanto, la inmortalidad del alma. Esto sucede, si las fechas que se manejan son correctas, en la misma época en que Pitágoras popularizó la idea, y en el mismo tiempo en el que vivió Confucio.

Los aforismos son tan agradables, que los traduzco al español para que los tengamos. Lo hago desde la traducción al inglés desde una de las tres versiones que existen del texto en tibetano (además de una en sánscrito y dos en chino), hecha por William Woodville Rockhill.

Primero, Rockhill las tradujo al francés. Este señor aprendió también sánscrito y chino. Gracias a que nunca quiso hacer lo que no le gustaba, terminó siendo diplomático: embajador de los Estados Unidos en Rusia, Grecia, Serbia, Rumania y China, fue el primer americano en aprender tibetano. WWR es, además, quien abrió las puertas al comercio justo de occidente con la China. Con el Open Door Policy previno que las potencias europeas hagan allí lo que hicieron en África.

Autor: Desconocido (pero viene de las enseñanzas de Buda)

Libro: Udanavarga (c. siglo 3 a.C.)

Capítulo 5: Priyavarga (Cosas Agradables)

  1. De esas cosas que son agradables viene la tristeza (o dolor); de esas cosas que son agradables viene el miedo: si uno descarta las cosas agradables, estará sin tristeza, sin miedo.
  2. De eso que se disfruta viene el miedo; de lo agradable viene la miseria, de lo agradable el miedo: si eso que es bonito cambia, no se cosecha más que desesperación.
  3. Las miserias del mundo son numerosas: tristeza (o dolor), lamentaciones, llantos, etcétera; todas surgen de aferrarse a las cosas que son agradables: si uno renuncia a lo agradable, todas (las cosas) dejarán de serlo.
  4. Esos para quienes no hay nada agradable en el mundo están felices y sin tristeza; esos, entonces, que quieren estar sin aflicción, libres de las pasiones humanas: no deben hacer nunca lo que es agradable.
  5. No ver lo agradable es doloroso, lo mismo es ver lo que no es agradable; uno no debe buscar nunca lo agradable; no debe buscar nunca lo que no es agradable.
  6. Siendo privados de lo agradable y encontrando lo desagradable es como los hombres crean (para sí mismos) el dolor intolerable de la vejez.
  7. Cuando eso en lo que uno se deleita muere, así como los parientes o los amigos, le produce a uno un dolor grande y duradero, porque estar separado de lo que produce placer es doloroso.
  8. El que no conoce ni lo agradable ni lo desagradable no tiene ataduras; entonces, el que considera lo agradable como pecaminoso renunciará a lo agradable.
  9. Ese, que habiendo dejado de considerar lo agradable, no tiene nada que ver con el apego a la felicidad (mundana), que tiene apego a la felicidad que no es la del individuo, busca el objeto de sus deseos más afectuosos (el nirvana).
  10. El que entre los dioses y los hombres es sostenido por el afecto a lo que es placentero en el cuerpo (rupa), hace el mal y sufre aflicción, cae en el poder de la vejez y la muerte.
  11. Ese que es firme tanto de día como de noche, que deshecha lo que es placentero en el cuerpo (rupa), lo que es difícil de hacer, arranca desde la misma raíz el pecado, ese alimento de Mara.
  12. La gente necia, que considera lo que no es bueno como bueno, lo que no es agradable como agradable, lo que es miseria como felicidad, llegará con seguridad a la destrucción.
  13. Ese que, haciendo el mal, sea feliz por ello, no encuentra contento; que no haga el mal.
  14. Ese que, haciendo lo correcto, sea feliz por ello, encuentra contento; que no haga el mal.
  15. Así como la ciudad fronteriza está protegida por fuertes trincheras, el que quiera ser feliz que se proteja con defensas fuertes.
  16. El sabio que quiera ser feliz vigila durante los tres turnos; su vigilancia lo mantiene seguro.
  17. Cuando la ciudad fronteriza está bien resguardada por dentro y por fuera, su paz no se ve perturbada: hacé lo mismo y vigilate; porque cuando uno ha nacido en el infierno su paz se va y se arrepiente (de lo que ha dejado de hacer).
  18. Por donde se mire, no hay nada más querido para el hombre que él mismo; entonces, como lo mismo es lo más querido por vos y por los otros, no lastimés a los otros con lo que te duele a vos mismo.
  19. La vida es querida por todos los hombres; todos los hombres temen el castigo; ustedes, que son como ellos, no golpeen, no den muerte.
  20. Ese que ha estado a gran distancia y que retorna de lejos sin percance, sus parientes y amigos, reunidos, lo reciben con gritos y llantos de alegría.
  21. Así mismo, ese que ha sido virtuoso: cuando llega de este mundo a otro, sus buenas obras lo reciben como su gente y le dan la bienvenida.
  22. Acumulá, entonces, buenas obras con la vista en el otro mundo; porque son las buenas obras las que reciben a los seres en el otro mundo.
  23. Ese cuya vida es una de virtud, es alabado por los dioses; ese en quien no hay nada que reprochar encuentra gozo perfecto en el cielo.
  24. Ese que sigue la ley, que es perfectamente virtuoso, modesto, que habla la verdad, que hace lo que debe hacer, deleita al resto de la humanidad.
  25. Ese que, haciendo lo que debe hacer, y que, ensalzando la ley verdadera, da placer a los demás, encontrará gozo en el otro mundo.
  26. Su discurso es edificante, y ha renunciado a todas las malas acciones; en esto se deleita el justo, y no se deleita el injusto.
  27. Luego, lo que es bueno y lo que no es bueno se separan en la muerte; los injustos van al inferno, los justos van al cielo.

Cf. de Conectorium:

Juan B. Bergua sobre Zoroastro (continuación)
Volvamos a nuestro personaje: hasta Zoroastro todas las ya innumerables religiones eran apócrifas; carecían además de autor: se habían ido formando en el tiempo por obra de la fantasía lanzada por el camino de lo desconocido, a favor de dos poderosos impulsos: el miedo y la necesidad de ayuda.
Platón ft. Sócrates: inmortalidad del alma, parte 2
En el Hades, al alma impura que ha cometido un crimen, la rehúye todo el mundo: anda errante hasta que pasa cierto tiempo y es llevada a la residencia que le corresponde. El alma que ha pasado su vida pura y comedidamente tiene como compañeros de viaje a los dioses, y habita en el lugar que merece.

#solo en conectorium#regla de oro#inmortalidad del alma  


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Udanavarga en sánscrito, chino, tibetano e inglés, en la página web de la Universidad de Oslo:

https://www2.hf.uio.no/polyglotta/index.php?page=fulltext&view=fulltext&vid=71&mid=0