Benjamin Brodie: psicología, opiniones y fanatismo

La energía y la sinceridad de los fanáticos es poderosa en todas las épocas, y arrastra consigo la convicción de esa gran parte de la humanidad que no investiga ni piensa por sí misma. Pero los errores y los engaños duran solo un tiempo, prevalece la sensatez y la sociedad, en general, avanza.

Benjamin Brodie: psicología, opiniones y fanatismo
Tercer capítulo del libro Alabanza y Menosprecio de la Libertad y la Democracia, y el primero de la segunda sección del libro, que trata sobre las opiniones derivadas del fanatismo y del fanatismo por opinar, cosas que nos terminan arrastrando a cometer cualquier cantidad de locuras.
Opinología: guerras, propaganda y fanatismo
El problema de la propaganda es que, además de comprometer tu libertad de pensamiento y acción, también te presiona a compartir una opinión, te hace su cómplice. La propaganda funciona como un virus contagioso, y es difícil curarse una vez infectado. La enfermedad que provoca se llama fanatismo.

Introducción a esta segunda sección del libro

Contexto Condensado

Sir Benjamin Collins Brodie fue el médico de cabecera de la familia real del Reino Unido durante un tiempo entre los reinados de Jorge IV, Guillermo IV y la Reina Victoria. Nació en 1783, en Londres, y murió en 1862. Fue fisiólogo y cirujano, y publicó varios libros y artículos sobre medicina, disciplina en la que era una eminencia.

Quizá por eso la primera edición de su libro Psychological Inquiries, de 1854, fue publicado anónimamente. Sus comentarios y opiniones pueden haber sido controversiales —no sé si en su tiempo llamar al fundador de los mormones de “mitad loco y mitad impostor” era algo que podía hacer que te «cancelen»— y en esa época la psicología empezaba recién a brotar cabeza, era un tema todavía muy experimental, más asociado a la filosofía que a la medicina. Brodie no era sólo doctor en medicina, sino también en derecho civil y filosofía. Fue presidente de la Royal Society entre 1858 y 1861. Vale decir que este librito del que ahora leemos un extracto fue un éxito desde el inicio, y en su tercera edición, en 1856, ya salía firmado con su nombre. En 1862, pocos meses antes de fallecer, lanzó una edición expandida con una segunda parte con Algunos puntos en la Historia física y moral del Hombre. La primera parte, que fue escrita en forma de diálogos, trata sobre Las relaciones mutuas de la organización física y las facultades mentales.

Este señor —que ostentó el título de baronet, un rango nobiliario entre el barón y el caballero— recibió algunos premios y medallas de renombre y fue miembro honorario de academias de ciencias también en Francia, Suecia y Estados Unidos. Sus estudios sobre cirugía ortopédica y sus contribuciones para entender el sistema nervioso y el tratamiento de enfermedades de las articulaciones, hernias, fracturas y el sistema urinario sirvieron de base para el avance de la medicina en el siglo 19 y transformaron para siempre la toma de decisión para realizar, o no, amputaciones. En 1858 —el mismo año en que se convirtió, también, en el primer presidente del General Medical Council— Henry Gray le dedicó el libro que ha sido revisado y aumentado hasta convertirse en una especie de biblia para los médicos, el famoso Gray's Anatomy. Timothy Holmes, uno de los editores de mayor renombre de esta guía sobre el cuerpo humano, le dedicó una amplia biografía póstuma a Sir Benjamin, de quien podemos decir que en vida fue reconocidísimo. El tipo estudió la naturaleza humana y salvó muchas vidas.

Lo que viene a continuación es una parte de sus observaciones sobre nuestra propensión a opinar y a dejarnos llevar por la propaganda, los fanatismos y los charlatanes. Escrito justo a mediados del siglo 19, algunas frases describen con exactitud lo que llevamos viviendo durante los últimos cuatro años (así como hubo epidemias de enfermedad, también las hay de opinión).
Algunas notas para más contexto

1) Los “hábitos contemplativos” de los que habla se refieren a la capacidad de prestar nuestra atención completa a cosas y casos durante mucho tiempo hasta que sus conexiones se nos revelan. Lo que Newton (citado por el autor) describió diciendo: “Mantengo el tema constantemente frente a mí y espero hasta que empieza a aclarecer, y poco a poco llega la luz plena”.

2) La fábula de los caballeros que disputan por el escudo de oro y plata cuenta la pelea de dos caballeros por un escudo, que uno decía que era de oro, otro decía que era de plata, y al final se les acerca un tercero y les dice que un lado es de oro y el otro de plata, que los dos tenían razón, pero no estaban viendo la figura completa. 🤷🏽‍♂️. Hay una ilustración contemporánea de Visualize Value que muestra lo mismo que esta fábula, y con un teclado sencillo podemos decir lo mismo: O e I son dos planos de una misma cosa; 6 y 9 se confunden dependiendo del lado que los mirés, lo mismo que b y d. Entonces para ponernos de acuerdo en algo, primero tenemos que ponernos de acuerdo en la perspectiva desde la que lo estamos mirando.

3) El “monje fanático que persuadió a toda la cristiandad de que se embarcara en la trama salvaje de las cruzadas” es Pedro de Amiens, o Pedro el Ermitaño (1050-1115), clérigo francés quien, antes de que inicie la Primera Cruzada, ya había intentado llegar a Tierra Santa con una «peregrinación armada» en la llamada Cruzada Popular o Cruzada de los Pobres, que fue repelida y masacrada por el ejército selyúcida. Populista y muy elocuente, Pedrito despertó el fanatismo de las masas cristianas.

4) Lord George Gordon fue un político británico del siglo 18. Con 29 años, fue el principal instigador de las Gordon Riots de 1780, una serie de disturbios anticatólicos que terminaron saqueando y destruyendo varias iglesias católicas, prendiendo fuego a una prisión, y por poco la turba —que tenía como 50 mil personas— hace lo mismo con el Banco de Inglaterra. Hasta la fecha, son los peores disturbios de Londres. Gordon era en ese momento protestante, siete años después se convirtió al judaísmo.

5) Joanna Southcote (1750-1814) era una profetisa inglesa que creía que tenía dones sobrenaturales. Se auto denominó como la mujer del Apocalipsis (Ap 12) y a sus 64 años proclamó que estaba embarazada del Mesías, el Siloh del Génesis (Gn 49), quien, por supuesto, nunca nació. Southcote sufría de hidropesía, un trastorno en el que se acumula líquido en los tejidos, por lo general en el vientre, lo que provoca hinchazón generalizada. Llegó a tener más de cien mil seguidores sólo en Londres.

6) Joseph Smith Jr. (1805-1844) es el fundador del Movimiento de los Santos de los Últimos Días. Supuestamente tuvo una revelación en la que se le apareció un ángel que le pidió que tradujera un texto, el cual se convirtió en el Libro de Mormón, que publicó a sus 24 años. Murió a los 38 y la iglesia que fundó tiene hoy casi veinte millones de fieles.

Autor: Sir Benjamin Collins Brodie

Libro: Indagaciones Psicológicas (1854)

Parte 1: Las relaciones mutuas de la organización física y las facultades mentales

Sección: Influencia de entusiastas y fanáticos

…CRITES: En este momento prefiero volver a una parte anterior de nuestra conversación. Aceptando todo lo que decís acerca de la ventaja de los hábitos contemplativos, de todos modos, imagino que no estás queriendo afirmar que éstos son más importantes que la capacidad de formar un buen juicio sobre lo que tengamos enfrente, y de razonar con precisión.

EUBULUS: Con seguridad que no. Pero tampoco dudo que en todos los casos en los que tenemos que llegar a una conclusión, comparando la evidencia de un lado con la del otro (y estas incluyen todas las ramas del conocimiento humano excepto las matemáticas puras), nada contribuye tanto al razonamiento preciso como los hábitos de los que estamos hablando. El defecto principal en quienes razonan de forma imprecisa es el tan felizmente ilustrado por la fábula de los dos caballeros que disputan por el escudo de oro y plata. No ven, o no tienen en cuenta, la totalidad de los hechos en los que tienen que fundamentar su conclusión. ¿Quién es tan poco propenso a caer en este error como el individuo que mantiene constantemente ante él el tema al que se dirigen sus indagaciones, hasta que se le presentan, gradualmente, todas sus relaciones? Obsérvese que estoy hablando de una imaginación bien regulada, que no se deja llevar por prejuicios o pasiones, o analogías fantasiosas. La imaginación mal regulada de las mentes inferiores es un asunto muy diferente, y no produce más que entusiastas, fanáticos y, debo agregar, impostores.

CRITES: Pero, desafortunadamente, esta última clase de personas es la que, por su actividad y fervor, es a menudo la más influyente en el mundo. Un monje fanático persuadió a toda la cristiandad de que se embarcara en la trama salvaje de las cruzadas. Lord George Gordon, un loco fanático, lideró la muchedumbre de Londres que fue a quemar la prisión de Newgate, y casi involucró a toda la metrópoli en el conflicto. No hace mucho desde que un número no pequeño de personas, que pertenecían no solamente a las clases sin educación, fueron inducidas a creer que una anciana hidrópica estaba a punto de ser la madre del verdadero Siloh. E, incluso en la actualidad, muchos miles de mormones atestiguan su fe en la misión divina de un hombre mitad loco y mitad impostor en la persona de Joe Smith. ¡Cuántas historias similares puede proporcionar cualquiera que estudie la historia de la raza humana!

EUBULUS: Me temo que no necesitamos ir tan lejos a la época de las Cruzadas, ni remitirnos a los discípulos de Joanna Southcote, ni a los mormones, para tener ejemplos de tal credulidad de parte una porción considerable de la humanidad. Efectivamente, hemos descartado nuestra fe en la astrología y las brujas; compadecemos la ignorancia del pobre africano que, en una temporada de sequía, busca los conjuros del hacedor de lluvia; no podemos comprender bien cómo fue que los atenienses civilizados del siglo 3 pudieron haber creído que las estatuas de mármol se sentirían ofendidas, y mostrarían su disgusto dejando sus pedestales y caminando de noche. Sin embargo, con toda nuestra presumida sabiduría, y todo nuestro avance en conocimientos, hay en el presente muchos que creen en cosas que no están respaldadas por pruebas mejores que éstas. Hay epidemias tanto de opinión como de enfermedad, y prevalecen tanto entre las clases sociales educadas como entre las no educadas. La energía y la sinceridad de los fanáticos es poderosa en todas las épocas, y arrastra consigo la convicción de esa gran parte de la humanidad que no investiga ni piensa por sí misma. Es, en efecto, un hecho triste, que una gran ampliación de la educación y el conocimiento no produce ninguna mejora correspondiente en este sentido. Aún así, al final, prevalece la sensatez. Los errores y los engaños duran solo un tiempo. Aquellos que deshonran a una época desaparecen, y son relevados por aquellos que deshonran a la siguiente. Pero una verdad, una vez establecida, permanece indiscutible, y la sociedad, en general, avanza…


Capítulos previo del libro «Alabanza y menosprecio de la democracia»

Bertrand Russell: El librepensamiento y la propaganda oficialista
En este ensayo, Bertrand Russell profundiza sobre el poder de la propaganda y la importancia de la libertad de pensamiento. Discurseado en 1922, en él se reflexiona sobre el estado del pensamiento —y sus sesgos personales y culturales— en diferentes partes del mundo desde anécdotas personales.

Citado también en la serie «Cripto, Creators y Charlatanes», de la que es el capítulo 13

La pseudo creator economy (o, charla sobre bullshitters) *
No caminaba uno, sin ir tan lejos, hace 5 años, y se encontraba de repente en una esquina viendo gente haciendo unos bailecitos raros, luego abría una puerta para encontrarse un hombre dando consejos financieros a personas sin capital pero que anhelan hacerse ricos con monedas imaginarias, luego...

Cripto, Creators y Charlatanes #solo en conectorium #inglés #fanatismo


El charlatán de aldea, de Francisco Sasso. Pintado a mediados del siglo 18, propiedad del Museo del Prado, Madrid.